
Una preocupante situación se ha desatado en el Cementerio General de Santiago, donde trabajadores han alertado sobre la acumulación de más de 400 ataúdes vacíos en el recinto. Estos féretros, que una vez contuvieron los cuerpos de personas fallecidas por enfermedades infecciosas como el Covid-19, permanecen apilados durante ocho meses, generando un peligro sanitario para quienes laboran en el lugar.
La denuncia, realizada ante la Contraloría General de la República, apunta al alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, ya que el Cementerio General está bajo la administración de esa comuna. Los funcionarios del camposanto expresaron su preocupación por la situación, indicando que se han visto obligados a armar estrechos pasillos con los ataúdes infectados, poniendo en riesgo su salud.
Además, se denunció una falla en la maquinaria encargada de destruir los ataúdes, lo que ha contribuido a la acumulación. Según explicaron los trabajadores, el proceso de cremación del cuerpo y del cajón es por separado, y la máquina hidráulica que debería destruir los féretros está fuera de servicio.
Como medida de precaución, los trabajadores se ven obligados a utilizar mascarillas, guantes y lentes protectores mientras realizan sus labores, con el objetivo de evitar contagios y proteger a sus familias.
Ante esta situación, el Departamento de Acción Sanitaria de la Secretaría Regional Ministerial de Salud de la Región Metropolitana (Seremi RM) llevó a cabo una fiscalización en el lugar, concluyendo en la apertura de un sumario para investigar los hechos constatados.